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Por esa razón, el número musical de seis minutos que ella había preparado demasiado largo para el gusto de algunos de los aficionados. A Camila no le hizo gracia darse cuenta de que apenas se la escuchaba por encima del griterío de la grada, que empezaba a encender los ánimos en el estadio entonando sus propios cánticos, y no dudó en señalar de maleducados a losseguidores de los Rojos y de Los Merengues.
“Acabo de ver nuestra actuación y no puedo creer que la gente estuviera cantando los himnos de su equipo durante nuestra actuación. Mi equipo y yo trabajamos muy duro sin descanso para conseguir el tono adecuado y ofrecer un buen espectáculo”, se lamentó en Twitter tras cuenta de lo que habia ocurrido. “Me alegro de que a ustedes les gustara”, agregó dirigiéndose a sus fans.
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